
Labor Social de 4 Mujeres
Hace ya varios años, cuatro mujeres comenzaron a escribir una historia.
Todo comienza el día que acudieron ante el notario, quién sonrió sorprendido al ver la tenacidad de estas mujeres, ya que lograron firmar el documento legal que acreditaba la voluntad de cuatro mujeres para salvar del dolor a más de 500 personas en el Hospital de Enfermos con Discapacidad Crónica en Tepexpan, Edo. de México. Siendo así que nació Proayuda, IAP.
Alicia González, Ana María Septién, Rosa María Garza y Susana Corral, además de las faenas domésticas y de la crianza propia de los hijos, aceptaron un compromiso de vida que trascendería por generaciones y a través del tiempo...
En el viejo camino a Tepexpan, lejos, como si se tratara de algo que se quiere olvidar, cientos de enfermos incurables esperaban el alivio para sus dolidos cuerpos y el acompañamiento para sus abandonados espíritus. Cuatro mujeres con gran fuerza, para acompañar a través del tiempo del amor y la caridad, llevaron alimentos, medicamentos, diversión y un poquito de esperanza para los enfermos.
Prisioneros de sus cuerpos la sociedad los olvidó. Las buenas intenciones oficiales siguieron a la distracción de compromisos que se posponen para todos. Bueno, para casi todos. Voluntarias todas ellas, de semana tras semana y de año tras año, miraron irse y llegar a tantos pacientes, a tantas personas, a tantos seres humanos que deseaban ser queridos, ser amados, ser protegidos.
Este es, en realidad, el corazón de Proayuda.